Ayin letra número 16 del alfabeto hebreo y
también de las “Cartas Hebraicas”.
Valor numérico: 70. Significado: El Ojo, el
Manantial. Signo astrológico: Capricornio.
Resplandor: Azul Profundo.
Correspondencia Tarot: La Torre.
En la representación gráfica de Zayin vemos una
noun alargada con una vav incrustada. El
recipiente de noun recibe la bendición de Dios, la
vav.
Los dos ojos y los nervios ópticos ingresando en
el cerebro. El ojo derecho mira hacia arriba,
samekh y el ojo izquierdo mira hacia
abajo, hacia la Pé.
La aparición de Zayin, el Ojo de Dios o el
Manantial, implica, generalmente, un desafio de
amor.
La mirada humana tiende a juzgar, a separar, a
comparar, según su propio criterio.
El pensamiento crea. Vemos lo que creamos y
por tanto, creamos, lo que vemos, condenando el
clamor del alma a un grito sin fin.
Un círculo vicioso del que puede liberarnos la
llegada de Ayin, si elegimos no confiar más en las
apariencias y mantener una mirada de Amor y
Unidad en todo momento y circunstancia.
Mantenernos en este propósito no es tarea fácil,
pero si invocamos la ayuda de Ayin tendremos la
fuerza necesaria para conseguirlo.
Ayin tiene el poder de despertar el chakra del
“tercer ojo”, la glándula Pineal, vinculada al
conocimiento de la Unidad. Este chakra se
encuentra en la frente, entre las cejas.
Para meditar.
Ayin pregunta:
¿Aceptas entregarme tus creencias, hijo de la
Fuente de la Vida?
Elegiste encarnar para experimentar la dualidad y
desvelar la Luz que se oculta en toda materia.
¿Aceptas ofrecerme tu humana mirada para que
en tu frente se abra el único ojo que puede
apreciar la sutil realidad del mundo?
La humanidad que, me olvidó, continua con
ancestrales creencias basadas en el miedo, y en la
nueva Consciencia, no tienen razón de ser
pero todavía se apegan a ti.
¡Despréndete de esos hábitos que ya no
necesitas!
Deja que te inunde con mi Luz que saciará tu sed.
Unido a Mi serás un manantial inagotable lleno
de la alegría de dar.
Amado mío, en perfecta comunión conmigo,
¿Aceptas ser una Fuente?
Aun sin tener plena consciencia de ello, somos
muy afortunados.