Beith es la segunda letra del alfabeto hebreo, y como
Aleph, coincide con la carta 2ª de las “Cartas Hebraicas”.
Su valor numérico es: 2. Planeta: Saturno. Significado:
Casa. Resplandor: Azul celeste y Oro.
Equivalencia Tarot: La Papisa
En la representación gráfica de Beith, vemos, tres vav
conectadas, con abertura a la izquierda, el lado Norte.
La Torá empieza con una Beith al igual que casa
(Bereshit), por esa razón se dice que la Totalidad está
contenida en Beith.
Beith es el aspecto femenino del alma representado por
la casa, nuestra casa original, la Madre Divina, el sostén
de universos y mundos, la cuna de nuestra alma.
En presencia de Beith estamos en Casa, sobre nuestro
planeta, habitando un cuerpo físico y en armonia perfecta
con nuestro Ser de luz.
Extraer a Beith, del mazo de cartas, nos indica que
estamos muy cerca de nuestro objetivo y que debemos
mirar atravesando las apariencias, sin fiarnos de ellas.
Ver con los ojos de la inteligencia.
Beith es el destello de clara luz que lo llena todo, que se
lleva cualquier oscuridad, dolor, temor. Corazón de Oro
bajo un cielo Azul. Quien a vuelto a su verdadera
morada nada debe temer.
Para meditar.
Beith pregunta:
¿ Recuerdas, Alma de luz, que eres Mi hijo?
Siéntete féliz, pleno, pues hoy vengo a tí.
Lo cierto es que, Estoy aquí y tú estás en Mi eternamente
pero, algo en tí, me había olvidado y cruelmente sufría.
¿Quieres, de nuevo volver todo tu a Mi, y gozar viviendo
la plenitud de nuestra comunión?
Estás en Mi corazón. Búscame en el tuyo. Dentro de ti
escucha Mi voz sin palabras. En un silencio de Paz te
hablo constantemente amado hijo.
Nunca olvides que estás en Mí. En cualquier lugar estás
en mi Casa. Estoy aquí, en todas las cosas, te halles
donde te halles estás en tu Casa. Estoy en la tierra, la
naturaleza, el asfalto…
Soy el cuerpo en el que vives, ámalo. Soy tu casa,
modesta o lujosa, ámala. Pero no te apegues a nadie ni a
nada.
Deja que mi amor llene tu copa.
Sé consciente de Mi Amor incondicional y de tu amor
por Mi y serás libre.
Independientemente de nuestras elecciones erróneas,
siempre somos bendecidos ya que somos hijos de
Aleph-Beith el Padre-Madre.